Querés ser una canción, soñás ser
una fiesta, sos lo que querés ser mientras lográs alcanzarlo.
Otros nos esmeramos en ser
domingos lluviosos que en la tarde arruinan los más bonitos atuendos.
Te consentís, dejás suavecitos
tus pies y decorás tu cascarón entre químicos y algodones.
Otros leemos basura y escuchamos
tristezas ajenas mientras ingerimos embrutecedores que tornan lo sombrío en
díscola armonía.
Tropicales ritmos te mueven
mientras frías composiciones nos conmueven.
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