jueves, 6 de enero de 2011

César Brañas.
  • Con que amor besaba a su mujer, como si fuera ajena.
  • Quisiera ser el historiador de tus errores, el novelista de tus caídas.
  • Sacaré una moral de mis vicios, una filosofía de mis errores, una religión de mis incertidumbres. Quisiera sacar, no se de donde, una fuerza sonriente para recibir a la muerte cuando tenga a bien venir.
  • Como la amaba, pensé, provisionalmente, ahorcarla.
  • Sus faltas de ortografía eran encantadoras. Signos radiográficos de su cabecita llena de pájaros.
  • Cuanto más insoportable resultes, más te envidiarán.
  • Portas un arma, eres un asesino en potencia. Derribas un árbol, y no te sientes asesino. Matas un animal, y te ufanas. La conciencia, pues, es una complaciente elasticidad.
Fragmentos de un gran escritor guatemalteco del siglo XX.

Te recordé y te lamenté.

Con el rostro iluminado por una mísera e infima pantalla, saco memorias del armario de los recuerdos a medio sanar.

Leo insistentemente tus líneas, trato de encontrar mensajes inequivocos de nuestra codependencia.

Te recuerdo, te extraño y te lamento.

Imagínote desparramada en tu cama, con la mirada fijada en el techo blanco que nos vio revolcarnos con furia de adolecentes pueriles. Evoco tu aroma y tu voz ordenando que no vuelva a abandonar el lecho de amor que jugamos a construir y mantener.

No te quiero olvidar, pero en realidad te tengo que dejar de recordar. Tenemos media vida para hijueputear más corazones. Fue un verdadero gusto amarte.

2010

Querido dos mil diez:

El motivo de la presente es manifestarte que te desempeñaste muy bien. Fuiste un muy buen año y por motivo que te estás muriendo te remito la presente.

Iniciaste como cualquier otro año de mierda y fuiste empeorando. Pasé el primer tercio de tu vida con ataques de paranoia y fuertes agresiones del Código Civil hacia mi persona. Fuiste un verdadero hijo de puta en ese entonces, pero, entiendo que tenías que marcar tu territorio. Me trajiste la peor semana santa de mi vida, el peor asueto. Sufrí lo mismo que jesucristo hace dos mil diez años. Pero, como no hay dos glorias juntas, tampoco hay miserias demasiado largas. El producto de mi desgracia fue una de las alegrías más vanas, plásticas, superficiales y alimentadora de ego que he tenido en mi vida. ¡GANÉ! fue lo que grite al salir del hijueputa cubículo. Tres juristas me hicieron la vida un infierno y me llevaron al cielo, todo en tres horas y media. Al final de ese momento épico de alegría, cuando me dicen que estoy capacitado para ser notario inició la etapa auto destructiva y deliciosa de la celebración. Nunca había hijueputeado tanto, nunca me había sentido tan hermosamente feliz, sin necesidad de drogas, alcohol o eros. Entregado completamente en los brazos de la pereza decido que ya es momento de dormir solo. Por eso y muchas cosas más que forman este todo, te digo que fuiste agridulcemente hermoso, como todo lo delicioso en esta vida. Espero que tu hermano menor me traiga otro examen técnico profesional, una tesis y una toga que me acredite finalmente como profesional en miseria y licenciado en ciencias fracasadas

Mala suerte y mujeres de escándalo.

Con los ojos entrecerrado te veo, me deleito con tu cara de gata. Y que bien que le hacés honor a tus rasgos felinos, no te dejás atrapar. Ese flirt extraño que juega a entretenerme me confunde y como me divierte.
Y la historia se repite, representás lo que no soy, lo que no quiero ser, lo que jamás seré pero por momentos puedo fingir. ¿Pero que puedo hacer aparte de dejar de pendejear?.
Cuando la razón se nubla y acepta que esto no trae nada bueno, no queda otra alternativa que dejarse arrastrar por ese infame placer.
Me inyectás lo que me falta y eso hace que por momentos quiera hundirme en tus encantos y en momentos muy parecidos quiera encerrarte en una casa vacía para que nadie más sufra con tu escándalo.
Divina mujer amante de la luz, vivís de los reflectores y el escándalo, lastimosamente y aunque quiera canjear la poca dignidad que me queda, creo que mejor paso de este negocio. Existen códigos internos de vida que no puedo (ni quiero) variar y la verdad me da mucha pereza alimentar egos superfluos…