domingo, 10 de abril de 2011

Basuras


Y ahí estaban los siete hijos de puta, recibiendo el sol de frente. Caminando entre sonoras carcajadas, árboles, miedos, represiones y automóviles ochenteros se jactan de ser mierda libre, pero mierda al final de cuentas…

Ilusos jovenzuelos caminan cuidando sus pasos y esquivando las miradas, escondiendo sus ojos rojovidriosomariguaneados. La amarga sonrisa que proyectaban era el ingrediente perfecto para una delación, para una traición, para una burla al uniformado.

Miserable alegría la de los siete hijos de la gran puta, caminan y pululan, solo fuman marihuana y fantasean con damas blancas más amargas que su corazón. Hermosos marihuanos pobres en discernimiento pero millonarios de ilusión.

Comemierdas por naturaleza.

Soy humano, soy una mierda, una mierda social y comercial.

Quiero a quien me quiere, quiero a quien quiero querer. Alimentadores de ego me rodean (amigos, pareja, putas, etc) y me mantienen a flote.

La metralla de verdad apaga al más fuerte amor.

Nos embriagamos lamiendo heridas ajenas, esperando cuidados extraños para la propia llaga.

Y ahora que prefiero preocuparme por mis heridas, no queda nada (más que mi paranoia) de que aferrarme.

Nunca nadie fue, es o será especial, solo supo hacerse querer con las movidas indicadas en las tragedias adecuadas.

Quiero

La lluvia trae consigo las reminiscencias.

Quiero escabullirme de mi mismo, quiero sentir tus labios en mi espalda, tus dedos jugar con el gato y la flor.

Quiero embriagarme con el aroma de tus cabellos y con tus pendejadas. Quiero sentir tu amor, quiero volver a quererte estrellar la cabeza contra el cristal de tus ventanas.

Mientras.

Partí de nuevo. Quedose atrás el cúmulo de mugre y dolor que producí.

Libras de culpa al por mayor, gritó un señor. Como cualquier fanático del drama, acepté su oferta sin chistar.

Con los labios manchados de otra, te vuelvo a recordar. Los dedos arrugados me recuerdan que no solo de perversión vive el joven. Afirmo de la misma forma que tampoco puedo vivir de amor, cariño y comprensión.

Despierto como autómata, hago lo que tengo que hacer, me revuelco con quien me tengo que revolcar, enamoro a quien tenga que enamorar, pero sigo recordando a quien no tengo que recordar.

Me jure no volverte a involucrar en mis letras, en mi mundo y mi pasión, mentí como lo he hecho muchas veces. Veo mis faltas y grito al mundo, que soy demasiado libre para estar con vos pero demasiado codependiente para estar conmigo por siempre. Mientras no encuentre tu reemplazo seguiré jugando a hijueputear.