jueves, 18 de junio de 2009

Las 99 razones.

Lanzó todas las hojas de su libreta. ¡Tremenda tontería hacer eso! Fue lo único que exclamó.

No sabía bien porque lo hizo, pero se sintió bien. Era evidente que los químicos en su cabeza no marchaban bien. Igual no le quedaba nada por hacer. Solo era un oficinista más. Su mayor logro era su condición de burocrata vestido de gris. Sonrio levemente pero el vacio en su estómago le borró esa pobre sonrisa que se tatuo al crecer.

Retomó sus labores y descubrió que las pequeñas satisfacciones de la vida se convirtieron en los grandes frenos inhibitorios de su vida.

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